miércoles, 10 de junio de 2009

Madera aspera.

Solo sentía la madera áspera tras su espalda, no sentía nada más. Tampoco quería tener más sentimientos, quería ser algo inerte y sin sentido por un momento. La muchacha que tenia abrazada delante de él se movió, volvió a la realidad en un segundo. Se sentía nervioso, su cuerpo temblaba. La muchacha le daba la espalda y lentamente se dio vuelta hasta quedar frente de él. Ella era mas baja, no importaba, nada importaba, nada ajeno al momento… aquello era perfecto.

Si hubieran estado en un parque, o en medio de una calle alborotada de autos hubiera sido lo mismo, él la hubiera mirado de la misma manera, la hubiera amado con la misma intensidad. En estos casos el tiempo es difícil de determinar, jamás supe si pasaron segundos, o minutos, tal vez horas. Los labios de la muchacha se movieron, con la indiscutible forma de que se están preparando para besar. Aquellos labios se pueden describir incluso con los ojos vendados, son los labios universales, perfectos para cada receptor, perfectos solo para la persona que esta en frente. Hizo ella los reflejos típicos de comenzar el acto, cerró los ojos lentamente, atrapando en sus parpados los bellos ojos castaños, abriendo su imaginación de par en par. Su abrazo fue más fuerte, sus zapatillas junto con sus pies se alzaron para que el rostro de la muchacha estuviera a la altura de él.

Se besaron. Pareció eterno. El comenzó a cerrar los ojos, se notaba el amor entre ambos. Tan lentamente como comenzaron a besarse, se separaron. Se volvieron a mirar. Eran felices…

- Ojala esto no fuera un… -

Despertó sobresaltado. Sentía el mismo temblor. Como podía ser, parecía tan real… sus manos frotaron su cara con resignación. Se vistió, tan solo por inercia miro la ventana, el parque, aquel parque se podía ver desde aquel lugar. Ahí estaba, radiante, esperándolo, dispuesta a besarlo, dispuesto a amarlo. Una sonrisa dibujo su rostro, bajo desesperado. Se encontró con ella, volvió a sentir la misma madera áspera en su espalda…

Finalmente se encontró con él… se las presento, ella es la mujer que amo… esos labios los conozco tan bien, tan bien que sé lo que siente aquel hombre ahora. Miento, debe sentir una emoción mas grande que la mía, esos labios siempre fueron para él, por eso ella no esta aquí conmigo, por eso tan solo estoy sentado desde la banca mas oscura describiendo su momento mas, feliz…

De vez en cuado pienso que me gusta sufrir, siempre repito las escenas más terribles de mi vida, aunque esta no fuera la peor, era realmente la confirmación de algo que supe desde el principio.

Camine hacia ningún lugar, con el atardecer pegándome de frente, ¿Cómo describiría esa escena?... no lo se, todavía no he podido escribir mis pasos.

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